martes, 10 de septiembre de 2019

UNIDAS PODEMOS: A 2 BANDAS

Hace días escuché alguna declaración de Carmen Calvo y desde entonces tengo esta entrada pendiente:

Más allá de cargos o programas... venía a hablar de una actitud y un futuro previsible y a mí me sonaba a pasado y a experiencia, por lo que me agarro a ello para entender qué es lo que realmente pasa para tener o no acuerdo, investidura, nuevas elecciones...

En el fondo lo que venía a decir era que no podían pactar con una formación que buscaba competencias relevantes para estar en el gobierno y que a la vez quisiera ejercer una oposición interna/externa manifiesta.

Con estar en el gobierno cualquiera puede entender que de alguna manera se trata de co-habitar en el gobierno, co-operar, co-laborar, com-partir, para trabajar en pro de un gobierno con un programa ya fuera o no completamente compartido, con unos "socios" con los que trabajar en equipo y hacerse co-rresponsables de las decisiones tomadas, del rumbo elegido, de las medidas adoptadas, dando los pasos necesarios en pro de un objetivo común, en busca del interés general... ¿Cómo decirlo? Va en un "pack", si quieres una parte de responsabilidad para hacer lo que puedas y para ello necesitas apoyar a la formación que también te necesita para hacer lo que pueda también... Siempre que se compartan las bases, las líneas generales... todo no va a ser a gusto de ninguna de las formaciones y menos cuando se habla de gobernar un país por mucho que se pueda plasmar en unos puntos del programa (no digo que sean "sugerencias" pero tampoco es ley).

Si formo parte de un equipo en el cual se toman las decisiones de manera conjunta o al menos se asumen las decisiones de forma conjunta porque haya autonomía, confianza, mecanismos que hagan que fluya la comunicación, que permitan que las decisiones no sean tomadas de forma unilateral, etc. Pues o no formo parte de ese equipo por la inexistencia de esos mecanismos / por la falta de compartir los objetivos, o asumo que no voy a estar a gusto con el ejercicio de competencias que no estén directamente en mi mano. Entiendo que puedes trabajar para que se mejoren esos mecanismos, puedes mantenerte al margen en la medida en que aceptas cierta diferenciación y aceptas la incapacidad que tienes para, aún estando dentro, alterar las decisiones tomadas o puedes salir y ocupar otra posición que ya no es la de gobierno y que sin embargo debiera ser igualmente co-rresponsable (por muy entendible que sea, no debiéramos dar por hecho que los partidos actúan siempre con un interés partidista más allá de por el interés general).

Lo que no puedes, o mejor dicho, sí puedes pero no se puede consentir y es lo que, a mi modo de entender, está haciendo el PSOE (no consentir), es jugar a dos bandas (o más).

El PSOE no puede permitirse el lujo de experimentar el proceso vivido con el gobierno de Ahora Madrid, no sé si porque ya han tenido la experiencia, porque han aprendido de verlo en casa ajena o por qué pero me parece que están muy acertados a la hora de no dar cabida a una formación que en vez de integrarse en la formación de un equipo vaya a actuar como un lobbie interno, como un grupo de presión interno con unos intereses legítimos, con unos objetivos loables pero con unas prácticas dañinas para la buena marcha de un gobierno cuando se expresa que se quiere ejercer a la vez una oposición interna, "poner palos en las ruedas" podríamos decir.

En Ahora Madrid la confluencia fue frágil pero sí se daba la conjunción de un interés común, en este caso ganar las elecciones, que luego se fraccionó en diferentes objetivos que no tenían por qué ser incompatibles pero sí que hubieran necesitado de una priorización con criterios de viabilidad, plazos, etc. No me cuesta imaginar un interés común para sacar adelante la investidura con los votos de Unidas Podemos sumados a los del PSOE pero sí me cuesta pensar en la posibilidad de un acuerdo que sirva de punto de apoyo firme y como referencia a la que acudir en el transcurso de la legislatura porque si no se comparten las formas, si el camino no es lo importante, si no hay un horizonte común que pese más que los puntos de un programa sobre un papel irreal / el alcance de cuotas de poder / la diferenciación partidista / una supuesta pureza... no habrá camino, ni marcado ni sin marcar. Tan sólo la necesidad de volver a plantear alguno posible.

Y a esto quería enlazar otra reflexión sobre la incoherencia entre reclamar democracia, consenso, otras formas, nueva política, superar el bipartidismo, la dictadura de las mayorías... y la falta de práctica, de llevarlo a la realidad, de hacer camino al andar y en definitiva la falta de correlación entre lo que se hace y lo que se dice. Pero esto ya que quede para la próxima entrada.

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