viernes, 21 de agosto de 2009

Condenadamente tonto

El ser humano es condenamente tonto, cuando parece que se esfuerza en ser así realmente, pues la verdad es que creo que tiene una inteligencia asombrosa.

Últimamente he podido ver un par de anuncios, ambos curiosamente de grandes compañías pertenecientes al sector energético, digo curiosamente porque adelantándose a lo que debiera ser ya un clamor popular, es más, una exigencia por parte de los consumidores, estas dos compañías han tomado la delantera y han puesto en marcha campañas publicitarias donde hacen que reparemos en la gran capacidad del ser humano, fijándose en los logros conseguidos, logros que aparentemente eran impensables, hacen hincapié en esa fuerza interior que no tiene parangón para que podamos vislumbrar un futuro distinto, mejor, se atreven a pregonar a los cuatro vientos que podemos cambiar el mundo; precisamente el motivo de dichas campañas es la necesidad real de encontrar un gran cambio con respecto a las energías actualmente utilizadas.

Quizá el creativo publicitario sea un soñador, alguien que cree en las utopías, puede ser. De no ser así será alguien que se ha zambullido en estas ideas para poder reflejar en la pantalla de la televisión imágenes que sean capaces de hacernos soñar, de ponernos los pelos de punta. Puede ser que para nada sea un utópico y no crea en el mensaje que transmite pero sea un buen publicista que simplemente se limita a exagerar y vender una idea irreal sobre un producto que no responde a lo publicitado. Da igual.

Yo sí creo que podemos cambiar la manera de hacer las cosas, creo que efectivamente tenemos que dar voz a los niños, tenemos que ser un poco como niños, tenemos que ser capaces de soñar y despertar para cumplir los sueños. Somos capaces de encontrar nuevas fuentes de energía, fuentes que ya conocemos y fuentes que no conocemos. Somos capaces de hacer rentable su utilización, de plantearnos seriamente los pros y los contras y de valorar los proyectos más allá de las cifras.

También sin duda, somos capaces de llevar, de cultivar, de producir, de transmitir..., somos capaces hoy en día de erradicar la pobreza, de aprovechar la tecnología que tenemos en nuestras manos para llevar allá donde hace falta la vacuna contra el hambre, vacuna de todos conocida como "pan". Somos tan capaces que efectivamente así lo han firmado un gran número de países, comprometiéndose a seguir un camino en busca de unos objetivos: los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio, para llevarlos a cabo se han fijado fechas que sin embargo no estamos cumpliendo.

Somos capaces de cumplir esos ODM. Somos capaces de reivindicar que se cumpla lo firmado. Somos capaces de todo esto y de mucho más. Sin embargo, ¿cuál es la excusa? ¿por qué no lo hacemos? De nuevo no hay excusa.

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