Me levanté con ganas de empezar a ponerme "manos a la obra" y crear una mesa de convergencia en mi barrio, por ello, lo primero que hice fue leer detalladamente la web ya señalada en la anterior entrada del blog... y ahí acabó el trabajo.
Pronto encontré la desilusión. ¡Qué lástima!
El motivo de mi retirada fue que en el "llamamiento" se "propone" un programa, con medidas, y ese programa en principio no parece ser una idea inicial, sino que, posteriormente, en el punto en el que se explica qué son las mesas, se señala el mismo como denominador común, así se dice que:
Son espacios para el agrupamiento de aquell@s ciudadan@s que han decidido enfrentarse con hechos a una salida regresiva a la crisis provocada por las políticas neoliberales. Estas personas no tienen que estar de acuerdo en todo pero comparten un mínimo común denominador: el programa definido en el llamamiento.
Resulta que el programa definido en el llamamiento viene a ser un breve resumen-ideario político, propio de... digamos, un nuevo partido de izquierdas. Debí leer mal la primera vez, no tuve tiempo a detenerme o tal vez han añadido esas medidas tras celebrarse la asamblea. No lo sé.
El caso es que, no quiero otro partido político, no creo que sea la respuesta. Las mesas de convergencia, en principio, no están llamadas a participar en la vida electoral y sin embargo la fórmula con la que nacen parece tener esa vocación, por mucho que se diga que no.
Se busca algo nuevo, una forma nueva de hacer política y se "tira" de los mecanismos típicos de la vieja. Pues así conmigo que no cuenten.
No voy a quedarme en alegar los motivos de mi "retirada". Expondré aquí lo que entendí que iban a ser las citadas mesas, con sus características, sus fines... es lo que yo propondría que fueran, claro, y abogaría por ese cambio de rumbo.
Bien, para empezar, he de decir que me gustó la iniciativa porque realmente entiendo que hace falta algo así. La sociedad reclama la chispa adecuada para que todos empecemos a dar luz o a prender fuego (en sentido figurado). La energía está latente en una gran mayoría, a veces es rabia contenida, otras es consecuencia de una búsqueda permanente... cada uno por sus motivos y con sus aspiraciones pero sí creo que cada vez está más "a flor de piel".
Me parecía un planteamiento amplio, fuerte, adecuado: amplio porque entendía que cabíamos tod@s, de forma individual; fuerte porque nacía de gente con un bagaje, con experiencia, con cierto respaldo; y, adecuado porque serviría para configurar un "contrapoder" o más bien para hacer valer nuestro poder.
Me equivoqué. No sé si en las dos primeras características, pero sí en lo de "adecuado".
No me parece adecuado plantear medidas concretas, políticas concretas, fragmentarias, con una visión reducida, que sean expresión de programas políticos que no se han podido llevar a cabo aún, expresión de idearios de asociaciones, movimientos sectarios... incluso aunque las pueda compartir. No dejan de ser un "programa político". Así no se va a conseguir nada.
No resulta adecuado el querer luchar o convocar a la ciudadanía a luchar contra una crisis, contra un sistema, contra un poder impuesto, si lo que se pretende no es cambiar el sistema ni recobrar el poder o lograr una democracia real. Sólo se pretenden conseguir determinados logros que probablemente llevarían a cabo nuevos actores pero que no conllevarían necesariamente el cambio del sistema ni un cambio en el control efectivo del poder. Y me explico:
Tal y como dije en su día, entiendo que hay muchas protestas en la calle, entiendo que hay muchas demandas y reformas que llevar a cabo pero creo que para que todos converjamos, para que la unión sea lo más amplia posible, no podemos fijarnos en cada una de esas demandas. Todas ellas responden a algo más global. Si nos quedamos en visiones reduccionistas tendremos lo que actualmente podemos observar, esto es, pintadas, huelgas, protestas, blogs, páginas, noticias... todas demandan algo concreto, todas estas acciones tienen una causa concreta y un fin concreto, y por ello reducen el que podríamos llamar su "público objetivo". Sin embargo, si no nos quedamos en esa causa y fin concreto podemos acabar encontrando una causa y un fin común a todas ellas. La causa podríamos decir que es el sistema en el que estamos inmersos y el fin sería conseguir otro sistema mejor. Al fin y al cabo, es eso lo que se reclama, ¿no?
Pues bien, eso es lo que creo que hace falta. Luchar con un solo fin. No distraernos con tantas concreciones. El fin es como dije, hacer valer nuestro poder. Así conseguiremos una democracia real y de ahí surgirán las medidas concretas que seamos capaces de establecer debatiendo entre nosotros. Si no conseguimos primero ese poder, si no lo recobramos, ninguna medida hará que tengamos más poder. Sólo será una concesión para calmarnos otro rato.
El ejemplo gráfico que utilicé en la Asamblea fue el que se me ocurrió ese día, pero me parece lo suficientemente visual como para seguir usándolo: estamos hartos de oir (los que tenemos suerte de consultar fuentes de información alternativas) que la crisis es producto del sistema neoliberal, sabemos que los Estados han perdido poder real, sabemos que el poder reside en los pueblos y sin embargo nos vemos arrastrados por medidas que sólo responden al interés de unos cuantos. Ése es el tronco o la raíz que debemos "atacar" pues quien tiene el poder es el que dicta las normas, es el que hace que se cumplan o no (tenemos ejemplos de sobra de normas que se quedan en papel mojado) y en definitiva hoy por hoy, el que tiene el poder económico es el que puede saltarse las normas.
El sistema neoliberal actual nos presenta claramente las normas del juego (y si no lo ves claro te recomiendo que leas con atención el DOCUMENTO X que transcribo en este mismo blog). Si queremos un árbol distinto, entendido éste como un mundo, una sociedad..., tenemos que cambiar las reglas del juego y las tenemos que dictar nosotros. Si conseguimos cambiar la base, la raíz, si conseguimos cambiar el sistema, no regirnos por un capitalismo depredador, conseguiremos más poder real, efectivo y de ahí surgirán ramas distintas a las actuales. Ramas que ya serían las políticas concretas en cada ámbito pero eso vendrá dado como consecuencia de ese cambio en el llamado "tronco". No podemos cambiar un árbol empezando por las hojas o las ramas.
Dicha está pues la principal discrepancia con el funcionamiento de las mesas. ES NECESARIA LA UNIÓN PARA UN ÚNICO FIN.
De ese fin único se desprenderían las posibles acciones a llevar a cabo y que fundamentalmente se basarían en la coordinación y unión de tod@s nosotr@s. Teniendo unos criterios, principios.. que no tienen por qué ser innovadores en sí, pueden serlo en la forma de usarlos.
En fin, en el citado DOCUMENTO X hay propuestas para la acción y serían más efectivas si se articularán de una manera conjunta... Ideas hay y formas de actuar para una "nueva forma de hacer política" también. Eso es lo que creo, pero eso sería algo a discutir en unas mesas más a mi medida y probablemente más a la vuestra. ¿O me equivoco?
De nuevo, gracias por leerme y un saludo.
A ver, yo no soy el más indicado para defender la democracia, tampoco soy pacifista, pero bueno... La historia es la siguiente: estamos viviendo en la mejor España de la historia, y he aquí que nuestra clase dirigente está aprovechando este momento, frente a la debilidad de la sociedad, para desmantelar el Estado del Bienestar y llevarnos a la miseria del S.XIX. ¿Qué hacemos? Yo lo tengo muy claro: o ellos o nosotros. Es muy simple. ¿Soy violento? No, ellos son los violentos que me lo quieren arrebatar todo. Pero obviamente, no todo el mundo piensa como yo (Menos mal) y aquí están, entre otros, las Mesas de Convergencia que pretenden dos cosas: revitalizar a la sociedad y a la vez realizar acción política. ¿Como pretenden hacerlo? Constituyendo un partido político nuevo, puesto que los clásicos desde la izquierda ya no funcionan: PSOE e IU. ¿Qué prefieres sangre y fuego o bien la negociación el diálogo y todas esas chorradas? Tu sabrás, yo no sé lo que tu piensas.
ResponderEliminarJuan Torres demuestra ser muy valiente, porqué baja de su pedestal de intelectual y se ensucia en la arena de la política. No lo necesita, al menos no económicamente, pero lo hace porqué supongo que cree que es su deber.
Yo pienso que hay un sector de la oligarquía española que ha decidido declarar la guerra a la democracia, que odia la democracia y que está decidido a desprestigiar la política y los partidos políticos para llevarnos a una dictadura. Son los admiradores de la dictadura china. Son los dueños de los medios de comunicación españoles, gente con mucho poder e influencia que quieren destruir a la política, que no es más que el uso de la negociación para solucionar los conflictos que se producen dentro de la sociedad. Ellos son partidarios de la mano dura de una dictadura. Ellos son mis aliados en esto, porqué yo creo que es más fácil luchar contra una dictadura que contra una democracia. Pero bueno, creo que tienes un problema de percepción de la realidad y que no entiendes que la política es mundana y que no es la arcadia féliz que tienes al parecer en la cabeza, pero bueno tampoco puedo arreglarte la misma. Así que resumiendo: métete en las mesas de convergencia, en un sindicato, en una asociación de vecinos, etc. Si quieres cambiar las cosas ¿Sabes por qué? Porqué nadie va a hacerlo por ti. Bueno, sí hay algunos que si vamos a hacerlo por ti y créeme: no te va a gustar.
Un saludo
Gracias por tu comentario Pocholo.
ResponderEliminarSiento haber tardado en contestarte. Quería leer sobre tu blog... y la verdad es que sólo le pude echar un vistazo.
Como ya habrás podido comprobar, por el siguiente post, hay otro movimiento que ha vuelto a captar mi atención. Veremos cómo prosigue. De momento, tal y como me "aconsejabas", me he incorporado a él.
En cuanto a la política mundana... puede ser, no serías el primero en decirme que "vivo en un mundo de rosas" (aunque no vea muchas rosas a mi alrededor y sí la misma gente que me lo dice). Quiero decir que si bien veo lo que hay, eso no tiene por qué traducirse en la mera aceptación.
Dices que contra una dictadura sería más fácil... seguramente. Las cosas se verían más claras. Pero... ¿acaso no venimos ya de una? ¿Propones volver a 1975? Debemos de ser capaces de dar un paso más y superar la democracia formal para convertirla en una democracia real y efectiva.
Violencia o no... es una buena cuestión, pues si hacemos caso a lo que se suele decir parece que nada se consiguió si no fue a través de ella. Pero esto se puede cuestionar claramente estos días, bueno "claramente" no, porque los medios no nos hacen partícipes de los logros pacíficos conseguidos en Islandia, por ejemplo.
De todas formas, en mi opinión, el fin no justifica los medios. El uso de la violencia se justificaría sólo en el supuesto que fuera el único medio posible para conseguir un fin (se entiende un fin "justo", claro).
De nuevo, disculpa la demora y espero que vuelvas a visitar este blog y hacer los comentarios que creas convenientes.
Un saludo.