EN SOL, SEGUIMOS Y... SEGUIREMOS????

¿Nos han ganado? NO. ¡NOS HEMOS DEJADO VENCER!!!

He estado en Sol todo lo que he querido y podido. No sé cuándo se levantará el campamento pero me temo que no falta mucho para ese momento.

No he encontrado el espacio para hacer las siguientes reflexiones, por eso tengo que recurrir a mi blog y al gasto de papel, pues es un nuevo intento de no desaprovechar esta oportunidad, porque eso es el Campamento Sol.

No voy a negar los logros que se han conseguido: concienciación, participación, constitución de asambleas de barrios.. Bien, ¡bravo! A mí no me basta.

Perdonad mi dureza pero intentemos ver lo que hemos dejado de hacer: nos iremos sin una estrategia, sin un plan de acción, sin ninguna conquista que se traduzca en una mejora del sistema actual. Mi actitud no es derrotista ni pesimista, diría que al contrario de la del campamento.

Hay una frase por ahí que dice algo así como: "podemos luchar y no conseguirlo, pero al menos podremos decir que luchamos", pues lo siento, hay un aspecto en el que no se ha luchado, es algo fundamental, que determina nuestra derrota. Lo repito. No se ha pensado ni establecido un plan de acción, ninguna estrategia.

Podemos pensar que la estrategia a la que se ha llegado es postergar esas decisiones al momento en que se alcance por las distintas asambleas de barrio. Bien, en ese caso:
- Estamos confiando en el devenir futuro en vez de tomar hoy las riendas,
- estamos lavándonos las manos, sin ser conscientes de la responsabilidad que supone el habernos ganado la confianza de una parte de la población, truncando su esperanza.
- ¿Qué nos hace pensar que será más fácil conseguir ese plan de acción de una manera descentralizada?

No se han estudiado las distintas posibilidades, las razones que más me asustan son las basadas en la creencia de que no podemos hacer nada.

He reclamado ese estudio de viabilidad una y otra vez, esperando el momento idóneo para poder hacerlo de la forma más clara y concisa posible. Lo siento, pero no he encontrado ese espacio, no he encontrado mi sitio, igual que en esta mal llamada democracia, me he encontrado con las manos atadas, sin poder participar más que en aquello que para mí no era lo esencial. AÚN ESTAMOS A TIEMPO.

Debido a que no se han planteado más posibilidades, parece que la estrategia a seguir se ha confiado a la propia inercia del movimiento, y ésta nos conduce a las asambleas de barrio, que tratarán temas de distinta índole.

No niego la necesidad de las mismas, sólo quiero adelantarnos un poco en el tiempo y así podremos ver la oportunidad que estamos desaprovechando, pues sus resultados son compatibles con las acciones que desde Sol podamos plantear como primer (o segundo) ataque al sistema.

Parece que en la mente de la mayoría está la idea de las movilizaciones, manifestaciones, recolección de firmas y presentación de las mismas ante el Congreso, para intentar que nos hagan caso. Ésa es la estrategia implícita de todo esto. Así, sin más, sin estudiarla, sin escuchar alternativas, sin ver su viabilidad, sin pensar en los resultados... sin nada. La mesa está coja. Nos iremos y trabajaremos con una mesa coja. Seguiremos sin miedo pero también sin futuro.

Sólo una observación: si recogemos 500.000 firmas y las presentamos al Congreso, lo que conseguiremos será que ese tema se debata allí y... ¿adivináis en qué nos harán caso? Exacto, EN NADA. Las firmas no sirven para nada más que para que lo debatan, sin más resultados. ¿Acaso creemos que no saben que hay otras salidas? ¿acaso creemos que no saben que no es lo que queremos? ¿Acaso creemos que eso será suficiente para que dejen a un lado sus intereses y el poder que hay detrás de todo?

Acepto que nos hayamos cerrado (nosotr@s solit@s), la posibilidad de crear un partido político, bueno, está bien, nos quitamos una carta con la que jugar nuestra partida, o dicho de otra forma, no queremos usar ese arma en esta guerra. Bueno, aceptado, pero... nos estamos negando la posibilidad de elegir las cartas a usar, de saber qué arma nos conviene usar, qué herramientas. Porque HAY MÁS POSIBILIDADES.

No os voy a decir cuál es la mejor opción (porque no he podido discutirlo en ninguna Comisión, Grupo de trabajo ni Asamblea), pero para que os hagáis una idea de la necesidad de hablar de ello:
- Necesitamos tener un Plan A, un Plan B, un Plan C...
- Se podría estudiar si hay alguna medida que encontrase cabida mediante las firmas (no todo se puede presentar).
- Aunque, quizás, al final se descartara, tendría que verse la conveniencia o no de reclamar un espacio nuestro en los medios de comunicación masivos.
- Tendríamos que estudiar la opción de lanzar una propuesta de acción única, prioritaria, más que por su importancia por su viabilidad (la acampada nos da esa fuerza, difusión y unión).
- Necesidad de turnos para la permanencia de la acampada.
- También habría que estudiar el tiempo y la forma de permanencia (es probable que no sea necesaria tanta gente ni tanta infraestructura).
- Tendríamos que tener presente que la acampada nos puede dar una posibilidad de negociar. Necesitaríamos saber qué deberíamos presentar en esa negociación para obtener un logro ya (que no impide que sea sólo el 1º de muchos).
- Por ejemplo podríamos unirnos ya tod@s con un frente común, que atacase directamente al sistema, ¿por qué no usar nuestra fuerza para evitar desahucios ya? Si no lanzamos las propuestas de una en una y nos vamos de Sol, estaremos dividiendo nuestras fuerzas en demasiados frentes, y ya sabéis: divide y vencerás (a nosotr@s no nos dividen, ya lo hacemos solit@s).
- Todo lo que se ha trabajado se podría ofrecer como programa político a diferentes partidos, teniendo la posibilidad de que realmente alguno de los ya existentes se hagan eco de nuestros reclamos.
- Igual a ti ninguno de estos ejemplos te convence, pero sigue habiendo más posibilidades. Sólo quiero llamar la atención sobre la necesidad de plantearlas...

Mientras no se entienda que nos olvidamos de esto, podemos seguir lanzando proclamas al viento, sin que nadie nos vaya a hacer caso, seguiremos soñando despiert@s pero sólo hablando sobre cómo nos gustaría que fuera la casa donde vivimos, sin ponernos a construirla más allá de las ideas, de la voz. Mientras no hablemos y cojamos el ladrillo, la paleta o el martillo, no construiremos nada, sólo nos vamos a limitar a decirles a los constructores, cómo la queremos y ell@s seguirán construyendo, sí: la pocilga para nosotr@s y el palacio para ell@s.

Por si no ha quedado claro: pido un grupo de estrategia antes de abandonar el campamento. Y si no... pues podemos seguir escribiendo la carta a los reyes magos.

Marina F. B.