viernes, 22 de julio de 2011

JUSTICIA I (en breve la II)

Qué buen día para lanzar esta entrada que tenía pendiente.

Es un buen día porque llevo horas y horas con un buen cabreo que ha ido creciendo por momentos, os explicaré el por qué. Va a ser un post largo, aviso.

¿Por dónde empezar?... por el principio, claro: vengo haciendo las funciones de administradora de una comunidad de propietarios (como much@ otr@s conciudadan@s). Bien, pues resulta que se va a hacer una obra en esa comunidad, esto conlleva, entre otras cosas, que:

- Cada vecin@ contribuirá religiosamente con sus obligaciones como propietari@, lo que se traduce en el pago de una derrama.

- Los obreros necesitan acceder a la vivienda de un bajo para poder salir por ella cuando estén trabajando en el patio interior al que da paso. Es decir, se van a descolgar por un patio para hacer lo que deban y luego se acabarán de descolgar hasta el bajo para salir y no tener que trepar a pulso hasta el último piso, ni tener que jugarse el tipo para entrar por las ventanas de los pisos más altos, ni hacer contorsiones para colarse por la ventana de al lado (si sus medidas se lo permiten).

No os cuento estos pormenores sin motivo alguno, todo tiene un por qué y como os dije, esto será largo (por eso lo dividiré en parte I y II).

Bien, pues resulta que dicho bajo es un piso que está embargado y adjudicada judicialmente la propiedad a la CAM. Así pues, la CAM mantiene una deuda de más de un año con la comunidad de propietarios, además de quedar pendiente por ahora el pago de la derrama. Cumpliendo con mi deber, después de pedir la correspondiente nota registral, me pongo en contacto con esta entidad y procedo a informar a la junta de propietarios y a seguir los trámites necesarios para reclamar la deuda. Primero por las buenas, a través de sus formularios y después, en caso necesario, me tocará hacerlo incoando el correspondiente proceso monitorio. Veremos si cobramos o no.

Mientras, toca ver cómo facilitar el acceso a la vivienda: en principio me dicen que avisando con 48 horas de antelación no hay problema. Hoy llegó el día de la ausencia de problemas. Dejémoslo en el día de la ausencia, sin más. Nadie se presentó a abrir nada.

Toca llamar a preguntar/reclamar... ahora hay nuevas noticias, parece que no puede acudir nadie porque tienen la adjudicación pero no la posesión, vaya, como si el juzgado les hubiera otorgado la propiedad pero se hubiera quedado las llaves en espera de notificaciones o trámites similares. Si viviera alguien podría ser, pero ni vive nadie ni está alquilado ni nada. Me temo que no debe ser el verdadero motivo.

Llamé 3 veces al correspondiente número de la CAM.

El primer chico que me atendió, acabó echando balones fuera y proponiendo que llamase a la policía como solución. Sin pensarlo, colgué y llamé. La policía sí lo pensó y me hizo ver que cualquier alternativa que se me pudiera ocurrir incurriría en un delito de allanamiento de morada (y sin orden judicial ell@s estarían en la misma situación).

Las siguientes se limitaron a decirme lo que la pantalla les decía y no tuvieron una salida tan original.

Busqué más números de teléfono a los que incordiar y probar suerte para encontrar algún resquicio de información que me diera alternativas mejores a las que se me ocurrían. En esta búsqueda llamé a atención al cliente de la CAM, a una empresa que trabaja con esta entidad gestionando los arrendamientos, otra por si estaba pendiente de tasar el piso.. finalmente llamé al 012 (porque mi oficina judicial no tiene horario de tarde..). Me sorprendieron al mandarme a la Avenida de Asturias 28, en Madrid, allí tendría un/a abogad@ de la vivienda que me informaría, que estaba hasta las 20:00 hs., y atendía por turno de llegada.
Cuando llegué me sorprendió que una oficina tan nueva, pequeña y con más asesorías gratuitas estuviera vacía, enseguida entré. Llevaba mi nota registral y traté de hacerle entender a la joven que me atendió el motivo de mi crispación, buscando alguna vía que me permitiera abrir alguna alternativa que me satisficiera más que las que yo estaba ya barajando. Pues no. Es más, salí más cabreada que cuando entré. Ya entendía por qué estaba tan vacía. Pura empatía y dedicación. No se dignó ni a echarle un vistazo al único papel que portaba. Eso sí, me recitó muy bien los artículos correspondientes (creería que con eso me iba a dejar impresionada, digo yo).

Llegados a este punto ya había recopilado todas las alternativas posibles. Tocaba elegir. Enumeraré someramente las posibilidades y citaré sus principales “pros y contras”:


- Llamar al anterior propietario y pedirle la llave para probar suerte.

* No le iba a sentar muy bien.

* Sería allanamiento de morada y haciendo cómplice de ello a vecin@s y obreros.

* Satisfacción de tomarme la justicia por mi mano.

* El paso quedaría abierto.


- Ir con una taladradora y hacer un boquete en la cerradura.

* No resulta tan fácil y sigue siendo allanamiento de morada para tod@s.

* No haría falta ser muy list@ para que las sospechas recayeran en mí.

* Sería un gustazo.

* El paso quedaría abierto.


- Empezar a buscar abogado y procurador y empezar el correspondiente juicio para hacerles abrir la dichosa puerta como obligación que deben cumplir.

* Para cuando saliera el juicio la obra ya sería otra.

* De momento, lo seguro, sería pagar a los letrados y demás.

* Se seguirían los cauces legales.


- Hablar con los obreros y ver otras posibilidades de realizar los trabajos debidos o en su defecto aguantarnos sin llevarlo a cabo.

* No me quito el cabreo.

* Posibilidad de que no se realicen los trabajos.

* No me meto en líos.


Se da la circunstancia que la CAM últimamente ha estado en el candelero, por sus problemas financieros y porque la policía hace nada cumplió con su deber (igual que la chica tan agradable de la asesoría jurídica) y garantizó que un deshaucio se realizara, a pesar de l@s allí congregad@s que trataron de impedirlo. Poco más o menos da que hoy sea la CAM y mañana el BBVA. Hoy en Madrid y pasado en Paris. Hoy yo noté la ausencia y mañana la notarás tú... Los pormenores dan igual, la cuestión es el fondo del asunto. ¿Cuál es el fondo del asunto?

El fondo del asunto es que a mí no me importa tanto el acceso a un piso, ni que se arregle un patio interior... lo que me molesta es la injusticia que nos golpea día a día y frente la que algun@s permanecen impasibles, otr@s evitan oirla (o leerla), otr@s luchan cada día y se ven impotentes en su cruzada particular contra todo el sistema o el peso de las leyes injustas que caen sobre ell@s, etc. El fondo del asunto es la falta de JUSTICIA.

El caso es simple, y podría poner más ejemplos, pero resumiendo:

1º Una Caja de Ahorros con problemas de solvencia que vamos a solventar entre tod@s, expulsa de una vivienda a las personas que en ella habitan.

2º La vivienda queda vacía. La comunidad no recibe las cuotas debidas.

3º Tienen la propiedad pero resulta que no las llaves para cumplir con su obligación de facilitar el acceso.

4º La comunidad y los obreros tienen que fastidiarse por la “dejación” de un solo propietario.

¿No os suena a algo similar?

Es sólo un ejemplo de cómo funcionan las cosas.

Lo importante es que también es un ejemplo de cómo funcionamos. A donde quería llegar es a cómo afrontamos nuestros problemas: vemos las posibilidades, sopesamos las ventajas e inconvenientes, vemos nuestras posibilidades y optamos por tomar una decisión, la que más se adecua a la consecución de nuestros objetivos y la que nos resulta más viable y de algún modo eficiente (por supuesto también hay veces en las que no nos tomamos tantas molestias, eso depende de los intereses a los que nos afecte el caso en concreto o lo mucho o poco que nos queramos implicar).



2 comentarios:

  1. Pues sólo se me ocurre una cosa, hacer algo ilegal pero ético: hacer una junta para saber que tienes el apoyo de los vecinos para entrar (y que no tienes ningún vecino/a cabrón/a que te odie a muerte y que se vaya a vengar de tí o de la comunidad en su conjunto), hacer el agujero en la cerradura con la taladradora, colocar otro bombín y cerrar la puerta cuando los obreros se vayan. Y aquí paz y después gloria.
    Efectivamente así son las cosas, muy injustas para el que quiere hacer las cosas bien y seguir las "normas".

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  2. Estuve dándole muchas vueltas, ésa era una posibilidad, pero entra dentro de lo que Gandhi llamaba error himalayo, creo, es decir, creer o hacer que el resto se implique en algo tanto como tú (o algo así).
    Por otro lado, también me machacaba otra frase de Gandhi: "En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle."
    Al final, convocar una junta no suele ser tan fácil (por experiencia lo digo)y el precio de lo ilegal es demasiado alto, más cuando el objetivo es algo tan focalizado.
    Es cuestión de prioridades, y yo no me conformo con lo "micro", como puedes leer en la siguiente entrada a ésta, lo que quiero es un cambio a nivel "macro".
    Gracias por la idea, pero al final opté por calmarme y hacer lo que se pudiese, dejándolo al criterio de los obreros y cumpliendo la ley, pues como dije, lo que se iba a conseguir incumpliéndola no estaba a la altura de lo que me arriesgaba a perder.

    Un saludo Fabiola.

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