En una manifestación de sanidad donde la policía iniciase
cargas policiales... igual a algún asistente se le podría ocurrir llamar al 112
para denunciar que se está cometiendo un abuso por parte de gente uniformada:
de pequeñ@s nos enseñan que los “polis están para
defender a l@s buen@s” así
que no sería extraño pensar que los que reprimen son una especie de
infiltrados, impostores o que “se les ha ido la pinza”.
Supongo que desde el 112 la respuesta no sería muy
satisfactoria.
En esa manifestación pudiera ocurrir que de repente uno de
esos polis no tan buenos sufriera un paro cardíaco o algo similar. Entonces sus
compañeros pedirían ayuda de forma inmediata sabiéndose rodeados por personal
sanitario: de pequeñ@s nos enseñan que hay que
acudir al médico ante un problema de salud. Seguro que entre l@s asistentes en seguida alguien se acerca y tras un
breve reconocimiento determina que hay que llevarlo al hospital de forma
urgente pero dadas las restricciones para coger una ambulancia han de hacerlo
en un furgón de la policía. A pesar de las quejas del superior intentando
impedir ese uso privilegiado no permitido consiguen ponerse en marcha hacia el
hospital más cercano. Dado el cierre de hospitales y plantas en los mismos éste
ya no es tan “cercano”. Tenemos a un policía estable pero que ha de operarse
inmediatamente.
Supongo que en cuanto su mujer se acerque con la tarjeta
bancaria estará más tranquilo. ¡Qué cabeza la de este hombre, mira que olvidar
eso!
En la misma manifestación dos ocupantes de un coche se
encuentran sorprendidos por la misma. Impacientes por cruzarla empiezan a
lanzar improperios calentando aún más el ambiente. Queriendo abrirse paso y ver
el camino despejado, el coche acelera un poco y una persona que nada tenía que
ver con la manifestación, resulta levemente golpeada por la espalda. Tendrá que
acudir al hospital (esta vez sin la ayuda de una “lechera”) y se verán las
caras en un juicio que tendrá multitud de testigos pero no lo tiene muy claro,
porque era una manifestación “ilegal”: de pequeñ@s
nos enseñan que para resolver las diferencias no hay que acudir a la violencia,
sino a la justicia.
¡Qué mala suerte! Justo no se puede acoger a la exención del
pago de tasas judiciales. Es barrendero y siempre cumple con su deber quitando
todos los carteles de las calles, marquesinas, ascensores, fachadas y
cristales. Todos sin excepción, incluido aquel que ahora recuerda sobre la
manifestación en contra de las tasas judiciales. Lo dicho, ¡Qué mala suerte!,
tocará echar cuentas para ver si sumando algo de la pensión de la abuela (que
ya no le llegaba a ella y ahora menos) puede seguir pagando la hipoteca para
ver si dentro de unos largos años (sabemos que la justicia es leeeeeeeeeenta)
puede cobrar una indemnización....
El barrendero se lo piensa mejor, le reclama 20 euros al
conductor y se conforma con probar suerte jugando un décimo a la lotería. En
cuanto pueda solicitará el alta.
Voy a empezar a pensar que lo que está verdaderamente mal es
la educación que nos han dado. ¿O acaso es esto lo que quieren conseguir y por
eso l@s "profes", que no son tont@s,
se están ya manifestando también?
Incluso antes de estas nuevas medidas y decretazos la Sanidad no era Sanidad, la Justicia no era Justicia, la Educación no era Educación, la Democracia no era Democracia, etc. Si todo volviera a ser como hace 5 años tendríamos de todos modos un desastre de Sistema.
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