Las opciones dentro del 15M de cara a las próximas elecciones
podrán ser tan variadas como personas lo componen de una u otra forma. Sin
embargo, quiero compartir algunas reflexiones sobre “mis paseos” estos días por
las asambleas que se están llevando a cabo con motivo de su tercer aniversario.
En primer lugar, si bien a nivel personal creo que ha habido
un nutrido número de personas que han evolucionado y se han involucrado de una
forma u otra en buscar una opción electoral, e incluso en formar parte de
alguna de ellas, creo, sin embargo, que a nivel grupal, de asambleas, la
situación poco o nada ha variado desde hace 3 años, sigue siendo patente el
rechazo frontal a hablar de posibilidades de usar el voto de una forma útil
para la sociedad, muy limitada y cortoplacista si se quiere, pero eficaz de
cara al día a día que se avecina. Por ejemplo:
No tiene mucho sentido desperdiciar la oportunidad de votar
el 25 de mayo y así disminuir el poder con el que va a contar AriasCañete, quien va a facilitar las cosas a Monsanto,
a pesar de que mismamente el día de
antes a las elecciones tendremos el “día global contra Monsanto”. Lo lógico
sería usar todas las herramientas útiles para los fines perseguidos.
Hace 3 años, mucha gente creía que del 15M saldría una
herramienta electoral útil (lo cual no pasa por convertirse en partido
político), que darían la sorpresa y no pasó nada, bueno, sí, que los intentos
que había en este sentido fueron neutralizados por diferentes formaciones
políticas (entendidas éstas en sentido amplio). ¿Qué pasó? Que la abstención se
incrementó y… ¿y qué resultado dio? Pues ninguno, que dejó el camino libre a
los de siempre.
Hoy, al igual que hace 3 años, he visto cómo sigue habiendo
una corriente muy fuerte que aboga por la abstención, dejando a un lado el
total de consecuencias que de ella se derivan y supeditándolas a argumentos
tales como:
“No quiero participar en el sistema”, “Votar es jugar
sabiendo que las reglas y todo el juego está trucado”, “Votar les da pie a
decir que no nos podemos quejar porque hemos jugado y hemos perdido”, “Se juega
con unas formas que no son las nuestras”, “La abstención es una forma de pasar
de este sistema”, “Sabemos que no son los gobiernos, sino los mercados quienes
gobiernan”, “Tenemos otras formas de
lucha”, “Ya votamos hace años con ilusión y todos nos han traicionado”, “El
poder corrompe”, “Ningún programa me convence”, “no se ha creado un frente, una
alternativa fuerte”, etc. Etc.
No me voy a entretener en cada una de las afirmaciones, que por
supuesto tendrían posibilidad de réplica. Lo que quiero es ir un poco más allá:
El 15M no está muerto, entre otros frutos, ha dado numerosas
ramas como si de un árbol frondoso se tratase, pero no se puede decir que haya
aumentado en número de adeptos, más bien al contrario. Sin embargo es cierto
que es un referente, a esto me refiero al compararlo con la figura del líder.
La PAH, la Plataforma de Afectados por las Hipotecas,
tampoco, que yo sepa, ha tomado una postura como colectivo frente al voto pero
podemos imaginarnos qué hubiera pasado con este colectivo si hubieran esgrimido
argumentos tan puristas como los que se usan en el 15M en relación a lo que
supone el voto. No hubieran parado ni un desahucio, ni hubieran llegado a
denunciar en el Congreso y plantar cara a nadie diciendo 4 verdades, ni
hubieran servido de altavoz de esas personas desahuciadas, ni hubieran logrado
sentencias contra las claúsulas suelo, ni hubieran negociado ninguna dación en
pago, etc. Etc. ¡Claro que no! En línea con lo argumentado para defender la
abstención, se hubiera podido argumentar:
“No voy a ayudar a parar un desahucio porque lo que hay que
hacer es dejar la ciudad e ir a una comunidad autogestionada”, “No voy a
participar en un colectivo que acude a los tribunales porque sabemos que el
sistema judicial es el brazo de los poderes fácticos”, “No quiero recoger
firmas para una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) porque sabemos de antemano
que no va a llegar a nada”, “No voy a participar en parar un desahucio para
acabar por negociar con el banco y así dar juego a este sistema capitalista
explotador”, etc. Etc.
La postura de la PAH (y la de activistas 15M pro- abstención
incluidos), no resulta tan purista en sus acciones, no resultan un referente
ideológico a mantener impoluto, no
pretenden ser tan rupturistas en sus planteamientos y sin embargo, siendo
reformistas por usar las herramientas del sistema, tienen efectos más
rompedores que otros planteamientos supuestamente rompedores. Sobre todo, más
que ser un referente ideológico o vanguardista, se convierten en una ayuda
cercana, en algo práctico, útil como medida para hacer frente a las necesidades
del día a día. A esto me refiero al compararla con un buen padre de familia.
Las consecuencias prácticas de la abstención son nulas,
puesto que la ley no contempla un mínimo de votos emitidos para considerar un
gobierno como legítimo. La única consecuencia práctica real es que los votos no
emitidos son votos que no han ayudado a forzar un cambio, por lo tanto han
ayudado a mantener la situación actual (algo que no es ni reformista ni mucho
menos rupturista).
Realmente creo que en cuanto a la cuestión de cómo afrontar
unas elecciones, el 15M se asemeja a un líder que cree en un ideal y unas
determinadas formas, y que hace caso omiso de quienes ofrecen caminos alternativos
(ensalzando incluso a “la mayoría silenciosa” que se abstiene) y que por
mantener ese camino a largo plazo desaprovecha oportunidades cortoplacistas,
sin importar la consecuencias que esto vaya acarrear para sus seguidores.
Yo prefiero a un buen padre de familia, que sin dejar de
educarme y enseñarme el cómo, los porqués e incluso indicarme lo que debería
hacer, no dudaría en dar prioridad a no dejar a nadie en el camino y entender
que hay medidas que merecen tratarse con urgencia y de forma excepcional sin
perder por ello de seguir transitando por el mismo camino.
La abstención no se va a traducir en un cambio masivo e
instantáneo de los modos de vida, tampoco es un medio ni un requisito para que
esos cambios se produzcan. Más allá de
los deseos y las metas están las realidades, las condiciones, las personas y
sus circunstancias. Un buen padre de familia atiende a esas realidades para
cubrir necesidades, no para calmar su espíritu.
Mi voto para Agrupación Electoral RECORTES CERO.
VOTA AGRUPACIÓN ELECTORAL RECORTES CERO.
ResponderEliminarMe alegra descubrir que los que siguen en el 15M permanecen fieles a esas ideas rupturistas, utópicas, quijotescas, románticas. Me parece que ser un "buen padre de familia" sí perpetúa el orden establecido. Si se parasen absolutamente todos los desahucios, sólo tendríamos a la misma gente que tenemos ahora viviendo en sus casas dentro del mismo Sistema que hay ahora. Si todo el mundo se abstuviera, sin embargo, el Sistema cambiaría. Si la PAH y el padre de familia logran todos sus objetivos, nada cambia (esto es lo que no hay manera de que a los reformistas les entre en la cabeza). Si los utopistas lograsen sus objetivos, sí que todo sería diferente. Claro que cualquier cosa utópica, por definición, es inalcanzable (esto es lo que no hay manera de que a los rupturistas les entre en la cabeza).
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