domingo, 8 de abril de 2018

La política en el futuro

Vamos a soñar un poco el futuro, no como algo irreal, sino como un paso previo para ir poniendo los medios para que ese futuro vaya abriéndose camino si os parece.

Estaría bien que se generalizase el que cuando alguien acudiera a un parlamento prevaleciese la búsqueda del bien común, no la búsqueda del bien partidario. Estaría bien, ¿no? Para esto quizás tendremos que desterrar términos como el de "oposición", parece que ya la propia palabra te sitúa en una posición de confrontación y realmente no es así y si lo es puede ser simplemente para hacer valer una "marca" frente a otra o para que la gente no crea que todo es lo mismo (que tampoco lo es).

También en el futuro tendremos que haber avanzado en la metodología usada para las intervenciones, conseguir que lo bueno de las metodologías asamblearias alcance también esos ámbitos, es decir, que palabras como "consenso", "escucha activa", "compatibles"... pudieran tener un mayor protagonismo del que actualmente tienen, relegando igualmente a un segundo plano otras como "negociar", "partido", "izquierdas/derechas"... Remarcar lo que une y no la diferencia, avanzar sobre lo que existe acuerdo y que ese avance sea real, no sólo de palabra, para ello estarán las formas, las metodologías, las herramientas.

En el futuro conoceremos a las personas que salen en la tele, en los debates parlamentarios, y las conoceremos o podremos conocer no porque las hayamos perseguido para conseguir un autógrafo fugaz, sino porque tendremos una conciencia mayor de la necesidad de implicarnos en un activismo político y en el ejercicio continuado de nuestros derechos y deberes civiles y esas personas estarán accesibles gracias a unas prácticas de participación y transparencia que no serán puntuales. Y será por ello por lo que salgan elegidas, por ser depositarias de cierta confianza ganada personalmente.

En el futuro tendremos presente que no tenemos por qué defender lo indefendible, tendremos presente que más allá de nuestro equipo tenemos una responsabilidad personal y presente el bien común general, más allá del de nuestro entorno. Y no será esto algo exclusivo de las personas elegidas para trabajar como representantes, sino que será un sentir social, así pues seremos capaces de tener una mirada más global, no se votará según el bolsillo sino que se votará por el bien común, no por el bien de mi familia, ni la del pueblo donde vivo ni la ciudad ni el del país en el que nací. Simplemente porque si no es así no será entonces el bien común lo que prevalezca.

Igualmente las personas al hablar de política no usarán ésta para reafirmarse frente "al otro", no se dedicarán a comentar las noticias en el bar ni a satisfacer su ego exponiendo las últimas averiguaciones que permitan de vez en cuando sacar pecho a un equipo y de vez en cuando a otro. Comentarán en el bar o en espacios de participación política o donde quieran, las noticias, todas las que quieran, pero en búsqueda de la verdad, no la verdad que quieran oír o la que les venga bien para tener algo que arrojar cuando alguien enturbie dolosa o erróneamente el camino hacia el futuro que queremos.

En el futuro, la sociedad será más justa con las personas que se dediquen a la política porque se habrá conseguido que cada vez más esas personas sean dignas de confianza, se habrá conseguido que ni la tecnocracia ni el enchufismo ni el silencio ni la falta de escrúpulos ni la mediocridad sean las condiciones que más imperen para lograr una carrera exitosa, y no porque las personas vayan a ser mejores que las actuales sino porque la máquina, el sistema y la sociedad funcionarán mejor. Y se valorará el tiempo, la vocación, la experiencia y la formación que la política como cualquier otra profesión requiere, porque no será visto como un partido de fútbol, porque será un pilar fundamental en el avance de nuestra sociedad, una herramienta para crecer como personas.

En el futuro la lógica de la cooperación será la que impere, habiendo quedado bien entendida la lógica de la competición y usada ésta igualmente para avanzar como personas, como entidades independientes pero interrelacionadas. Para esto no se educará en el miedo sino que se educará para seguir soñando.

Ahora estamos en tiempos de transición, en el camino, y el camino seguirá y seguirá, lo importante es avanzar lo más acertadamente hacia el futuro que queremos y saber que si no compartimos la misma visión de ese futuro podremos encontrar unos mínimos compartidos que nos permitan dar los primeros pasos al menos. De momento esa visión global, ese cambio de paradigma... tiene puntas de lanza, algunas más notables que otras pero todas importantes, también todas con sus propios lastres pero aún así merece la pena valorar positivamente el protagonismo que está cobrando el llamado "movimiento feminista" y los avances del llamado "movimiento verde".

No dicto cátedra, así que está abierto a comentarios, ya sabéis.

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